En el viaje a Holanda y visita del centro de Tilburg, los alumnos catalanes no solo exploraron una nueva cultura educativa, sino que también desarrollaron un simulacro de proyecto personal con la guía de mentores holandeses. Esta colaboración no solo les permitió entender los pasos necesarios para emprender un proyecto desde cero, sino también descubrir la importancia del acompañamiento y la reflexión en el proceso de aprendizaje.
Además, elaboraron de forma conjunta el Manual de Mentoría “Hand by hand”, un recurso práctico y accesible que recopila sus vivencias, aprendizajes y metodologías compartidas. Al volver, presentaron este material y sus experiencias al resto del alumnado del centro mediante exposiciones y dinámicas del “learning circle”, inspirando a sus compañeros y ampliando el alcance del proyecto dentro de la comunidad educativa.
La experiencia ha sido compartida en las redes sociales y en la página web del centro, logrando gran visibilidad en el entorno local. Más allá de la movilidad en sí, el proyecto ha sembrado las bases para una red interna de mentoría escolar, una iniciativa que busca fomentar el liderazgo entre iguales desde edades tempranas.
A nivel académico y personal, los beneficios son evidentes: los estudiantes han ganado autonomía, han mejorado su capacidad para planificar y ejecutar ideas propias y han puesto en práctica el inglés en un contexto real. “Ver cómo trabajan los alumnos holandeses nos ha permitido reflexionar sobre diferentes metodologías y compararlas con las que nosotras utilizamos”, comenta una de los participantes.
“Hand by hand” no es solo un proyecto Erasmus+, es una experiencia que transforma. Su enfoque innovador —basado en el aprendizaje por proyectos, el emprendimiento juvenil y la mentoría entre iguales— demuestra cómo la colaboración internacional puede enriquecer la educación desde lo humano y lo académico.